Por EUROPA PRESS
Los analistas financieros estiman que la crisis de confianza suscitada en los mercados sobre el riesgo de quiebra de Grecia y Portugal "termine arrastrando" a España ante los déficit "elevados" que comparten, que en el caso español cerró 2009 en el 11,4% del PIB y que permanecerá cerca del 10% este año.
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Los analistas financieros estiman que la crisis de confianza suscitada en los mercados sobre el riesgo de quiebra de Grecia y Portugal "termine arrastrando" a España ante los déficit "elevados" que comparten, que en el caso español cerró 2009 en el 11,4% del PIB y que permanecerá cerca del 10% este año.
El gestor de renta fija de Renta4, Ignacio Victoriano, consideró "muy previsible" que la deuda española se encarezca a corto plazo, puesto que el saldo negativo de las cuentas en España "se está disparando". "España se va a ver arrastrada por la crisis de confianza de Portugal y Grecia porque el problema es igual", aseguró el 'broker' en declaraciones a Europa Press.
En este sentido, el analista de Renta 4 matizó que el retraso en la desconfianza de los mercados hacia España se debe a "la mejor situación de partida", es decir, a la menor deuda del PIB, que el Gobierno estima que se dispare al 74,3% este año, según la actualización del programa de estabilidad remitido a la Comisión Europea.
Desde Norbolsa comparten la misma opinión sobre el aumento de la prima de riesgo del bono español, que se sitúa cerca de los 100 puntos básicos por encima de la rentabilidad ofrecida por el 'bund' alemán, y condicionan próximos repuntes a si el Ejecutivo decide afrontar la reducción del déficit, ya que la volatilidad "podría poner en riesgo la deuda española".
Con todo, analistas de Self Bank constatan que el Tesoro se verá obligado a elevar el interés de los bonos a "niveles récord" ante la "incertidumbre creciente" sobre la viabilidad de pago de España. Aún así, apelaron a la "tranquilidad" ante esta "fiebre vendedora" tras el anuncio de esta mañana de la agencia de calificación Moody's de que mantendrá el riesgo de pago de la deuda soberana de España.
"AHORA LE TOCA A ESPAÑA".
Por su parte, la responsable estratégica de Inversing, Marían Fernández, suavizó el "efecto contagio" de la incertidumbre sobre Grecia y Portugal, al afirmar que "ahora le toca a España" que se cuestione su solvencia. "Se pasa la pelota de un país a otro", esgrimió la analista, para después dejar claro que la situación del país heleno, que "mintió a los mercados", "es muy diferente" a la de España.
En cuanto al déficit, la responsable de Inversing minimizó las previsiones que apuntan a que las cuentas en negativo del Estado vuelvan a superar el 10%, que justificó en que "sea extrapolable a todos los países por la crisis económica".
"En España la diferencia es que tardamos más en revertir el déficit por el patrón de crecimiento de la economía y la elevada tasa del paro", puntualizó.
Precisamente, el Tesoro Público adjudicó hoy 2.517 millones de euros en la subasta de bonos a un plazo de tres años, con una rentabilidad del 2,662%, medio punto más respecto a la subasta anterior.
Tras el Foro Económico Mundial de Davos, donde el profesor de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini consideró a España como el principal riesgo para el euro, incluso por encima de Grecia, el premio Nobel de Economía Paul Krugman secundaba dichas advertencias en el día de ayer, al mismo tiempo que el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, admitía que España comparte "problemas comunes" con Portugal y Grecia.
JANE WARDELL y MARTIN CRUTSINGER - sábado 6 de febrero de 2010, 8:41 CET
Una crisis desatada en Europa por las deudas insostenibles de los gobiernos generó nueva inestabilidad en los mercados y se puso primera en el temario de los líderes de las finanzas globales que se reúnen el sábado en otro rincón del mundo, en este pueblo del Artico canadiense.
Los ministros de finanzas y directores de los bancos centrales del Grupo de los Siete, las principales economías industrializadas, también dirimirán sus diferencias sobre las reformas a la industria financiera. Como contexto aparecen las advertencias de que la titubeante recuperación económica puede verse frenada por medidas unilaterales como el plan del presidente estadounidense Barack Obama de dividir las operaciones de los grandes bancos.
El ministro de Finanzas canadiense Jim Flaherty, anfitrión de la reunión, espera que el sitio que eligió, la lejana población de Iqaluit, con 7.000 habitantes y temperaturas que pueden caer muy por debajo de los cero grados en febrero, sirva para que los funcionarios se concentren en los debates.
Por Estados Unidos, asistían el secretario del Tesoro Timothy Geithner y el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke. El G-7 también incluye a Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia.
Los debates se centrarían el sábado en la actualidad de la economía global, la reforma financiera y las propuestas de condonar más deudas al devastado Haití.
La reunión concluirá con una conferencia de prensa conjunta la tarde del sábado.
El viernes, para romper con la rutina, varios de los visitantes salieron a pasear por el hielo en trineos tirados por perros.
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El periodista de The Associated Press Rob Gillies en Iqaluit contribuyó a este despacho.
Una crisis desatada en Europa por las deudas insostenibles de los gobiernos generó nueva inestabilidad en los mercados y se puso primera en el temario de los líderes de las finanzas globales que se reúnen el sábado en otro rincón del mundo, en este pueblo del Artico canadiense.
Los ministros de finanzas y directores de los bancos centrales del Grupo de los Siete, las principales economías industrializadas, también dirimirán sus diferencias sobre las reformas a la industria financiera. Como contexto aparecen las advertencias de que la titubeante recuperación económica puede verse frenada por medidas unilaterales como el plan del presidente estadounidense Barack Obama de dividir las operaciones de los grandes bancos.
El ministro de Finanzas canadiense Jim Flaherty, anfitrión de la reunión, espera que el sitio que eligió, la lejana población de Iqaluit, con 7.000 habitantes y temperaturas que pueden caer muy por debajo de los cero grados en febrero, sirva para que los funcionarios se concentren en los debates.
Por Estados Unidos, asistían el secretario del Tesoro Timothy Geithner y el presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke. El G-7 también incluye a Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia.
Los debates se centrarían el sábado en la actualidad de la economía global, la reforma financiera y las propuestas de condonar más deudas al devastado Haití.
La reunión concluirá con una conferencia de prensa conjunta la tarde del sábado.
El viernes, para romper con la rutina, varios de los visitantes salieron a pasear por el hielo en trineos tirados por perros.
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El periodista de The Associated Press Rob Gillies en Iqaluit contribuyó a este despacho.