miércoles, 23 de diciembre de 2009

Argentina: lo peor ya pasó

MEJORA EN EL COMPORTAMIENTO DEL SECTOR EXTERNO. SUPERAVIT DE CUENTA CORRIENTE Y EVOLUCION DE LA DEUDA
La fuga de capitales puso el freno
Las cifras que surgen de la balanza de pagos reflejan que lo peor de la crisis en el frente externo ha quedado atrás. En el tercer trimestre disminuyó la fuga, para empezar a revertirse en los últimos meses del año. Alza en el giro de utilidades de multinacionales.
La salida de capitales se frenó en el tercer trimestre y descendió hasta los 286 millones, quince veces menos que el mismo período el año pasado. La cuenta capital y financiera de la balanza de pagos volvió a ser positiva entre julio y septiembre, un resultado que no se registraba desde el primer trimestre de 2008. Además de la caída en la fuga, ese desempeño se explica por el ingreso extraordinario de 2500 millones de dólares a las arcas del Banco Central en concepto de Derechos Especiales de Giro (DEG). Ese aporte es considerado como nueva deuda externa. Por su parte, la cuenta corriente registró en el tercer trimestre un superávit de 1100 millones, una reducción interanual de 2200 millones por la desaceleración en el nivel de actividad. En noviembre las exportaciones volvieron a mostrar un alza después de doce meses (ver nota aparte). Los sectores más concentrados de la economía estuvieron más allá de los vaivenes macroeconómicos y giraron utilidades y dividendos por 1800 millones de dólares, monto que se ubica por encima del promedio del año pasado.
La salida de capitales había ascendido hasta los 4300 millones de dólares entre julio y septiembre y hace un año rondó los 5800 millones: “La fuga se cortó fuerte en el tercer trimestre. Entre octubre y diciembre el resultado será positivo en un escenario de mayor estabilidad macroeconómica, liquidez global dirigida hacia los emergentes y algunas señales de reactivación vía exportaciones”, estimaron desde el Banco Central. La caída en la fuga no sólo responde a la menor formación de activos externos, sino también a la reinversión de utilidades.
Si bien el impacto de la menor fuga es importante, los resultados de la cuenta capital y financiera se vieron “alterados” por el ingreso de DEG. La emisión de esos activos se decidió en la cumbre del G-20 de Londres realizada en abril. Sin ese aporte, que ingresó a las arcas de la autoridad monetaria el trimestre pasado, los resultados hubieran preservado el signo negativo aunque atenuado. Así, la variación de reservas fue positiva (1811 millones de dólares). Más allá de los DEG, en la entidad que preside Martín Redrado sostienen que durante el próximo trimestre los flujos de divisas volverán a ser superavitarios.
El superávit en cuenta corriente responde fundamentalmente a un ajuste recesivo y al efecto de contención de importaciones que se desplomaron 36 por ciento en el trimestre. Por su parte, las exportaciones de productos primarios retrocedieron 47 por ciento en los primeros nueve meses respecto del mismo período el año pasado. El impacto más fuerte se sintió vía cantidades por la sequía. Entre enero y septiembre, el 65 por ciento de la caída en las exportaciones se concentra en los rubros del complejo oleaginoso, cereales y combustibles y energía. Menor fue el retroceso sufrido por el sector automotor, la siderurgia, frutas frescas y productos químicos. El investigador de la Universidad de Quilmes Carlos Bianco remarcó la menor volatilidad que muestran las exportaciones de manufacturas en relación con los productos primarios: “Un patrón de especialización concentrado en manufacturas industriales y agropecuarias tiene como mínimo ese beneficio, frente a la fuerte variación que experimentan los commodities”, señaló.
Mientras que el Gobierno continúa esforzándose para despejar cualquier duda sobre su capacidad de pago de los compromisos externos con la creación del Fondo del Bicentenario, la deuda externa del sector público (incluyendo al BCRA) creció en 2215 millones de dólares. Nuevamente ese incremento se debió principalmente a la asignación de DEG otorgadas por el FMI. La deuda del sector privado no financiero aumentó en 452 millones de dólares y la del sector financiero se contrajo en 547 millones. El endeudamiento total ascendió hasta los 123.807 millones de dólares.
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