lunes, 28 de septiembre de 2015

El aprendizaje, Argentina en la ONU

El aprendizaje...

 Por Julia Strada y Hernan Letcher *

La reciente resolución de la ONU con 136 votos a favor y sólo 6 en contra (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Israel, Japón y Reino Unido) ha significado un hecho histórico. La propuesta argentina de un nuevo marco para la reestructuración de deudas es una rotunda respuesta a las arbitrariedades del juez Griesa. Pero excede ampliamente el conflicto particular que desató el inédito fallo del juez neoyorquino. Se ha convertido en una salida del laberinto “por arriba”, que sienta precedentes históricos y que favorece, marcando un patrón de solidaridad con países hermanos, a otros tantos países que podrían ser potenciales presas de los fondos buitres y de juzgados defensores del sistema financiero internacional.
La trascendencia de esta resolución pone en tela de juicio aquellas voces que critican el supuesto aislamiento de la Argentina en un mundo multipolar, representando un duro golpe para los actores locales que miran a los países del norte, particularmente a los que votaron en contra de esta resolución, como principales socios de una Argentina que relegue su soberanía. La resolución tiene finalmente gran importancia dado que constituye el resumen del aprendizaje argentino. Vale la pena reseñar el contenido de estas nueve reglas votadas en la ONU.

Las reglas

1. Un Estado soberano tiene derecho, en el ejercicio de su facultad discrecional, a elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana, derecho que no debe verse frustrado ni obstaculizado por medidas abusivas. La reestructuración debe hacerse como último recurso, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores.
La primera regla tiene directa relación con el trato de los “mercados” y del establishment financiero internacional hacia la Argentina por su salida a la crisis. Los sectores financieros de la economía global que se enriquecen sin producir han utilizado históricamente al endeudamiento de los países en desarrollo como un yugo para disciplinar a los pueblos. En el caso argentino ha sido la puerta de entrada para privatizar y ajustar, e incluso durante los 90, para generar los altos niveles de déficit fiscal que al mismo tiempo han sido calificados como riesgosos por los organismos internacionales de crédito. Como contracara, en estos años Argentina consiguió reestructurar exitosamente su deuda, y precisamente el fallo de Griesa en 2014 tuvo como objetivo de fondo hacer caer dicha reestructuración ya que eso constituiría un mensaje disuasivo hacia al resto de América Latina y también a una parte de Europa, de imitar la experiencia de nuestro país.
Por ello, la interpretación del camino adoptado por Argentina en tanto “mal ejemplo” ha sido un mensaje dirigido al resto de los estados nacionales y a su accionar en la política económica, postulando: que no es posible pagarle al FMI y liberarse al mismo tiempo de sus definiciones en materia económica; menos aun establecer críticas a la hegemonía de las finanzas en la economía mundial; tampoco es posible resolver una deuda como la del Club de Paris sin la intervención del FMI y acordando pagos condicionados por la inversión, ni recuperar YPF, ni implementar políticas económicas que privilegien las necesidades de las mayorías populares (como la AUH, paritarias, Progresar o ProCreAr).
2. El principio de que el deudor soberano y todos sus acreedores deben actuar de buena fe implica su participación en negociaciones constructivas de reestructuración de la deuda soberana y en otras etapas del proceso con el propósito de restablecer la sostenibilidad de la deuda y el servicio de la deuda de manera rápida y duradera y de obtener el apoyo de una masa crítica de acreedores mediante un diálogo constructivo acerca de las condiciones de la reestructuración.
El propio accionar de los fondos buitre nunca ha sido de buena fe. Se trata de fondos de inversión que, desde su origen, funcionan con una clara intencionalidad abusiva: comprar títulos de deuda pública de países sobreendeudados, los cuales poseen una baja cotización producto de su alta calificación de riesgo o por ser de países en default (por su improbabilidad de cumplimiento de los compromisos financieros), para luego litigar en tribunales afines y cobrar el ciento por ciento de los títulos, así como los intereses devengados hasta el momento. Estas prácticas eminentemente especulativas cobraron gran visibilidad en nuestro país en el contexto de la crisis de 2001. En el caso argentino, NML Capital Ltd, una unidad de Elliot Management Corp de Paul Singer, y Aurelius Capital Management, adquirieron en 2008 bonos de deuda argentinos en default pagando, se estima, cerca de un 10 por ciento de su valor nominal que ascendía a 428 millones de dólares, pero en 2014 Griesa los autorizó a reclamar por 1330 millones. En el caso específico de NML Capital, compró por 48,7 millones de dólares y hoy reclama 832 millones: una ganancia exorbitante del 1602 por ciento.
La inflexibilidad de los fondos buitre y la parcialidad de Griesa pretenden dar por tierra el esfuerzo argentino que sumó un 92,4 por ciento de acreedores a través del diálogo y de una oferta clara, tanto en el primero como en el segundo canje. La inexistente voluntad de “sentarse a negociar” de parte de los fondos buitre –con propuestas de Argentina de carácter constructivo, como la incorporación a un tercer canje, siendo posible el cobro en la mismas condiciones que el resto de los acreedores–, revela que ese 1 por ciento de acreedores opera en sentido contrario a los intereses argentinos pero además al de los acreedores que aceptaron ambos canjes.
3. El principio de la transparencia debe promoverse para aumentar la rendición de cuentas de los interesados, lo que puede lograrse compartiendo oportunamente tanto datos como procesos relacionados con la renegociación de la deuda soberana.
La necesidad de la transparencia se hace imprescindible para entender las operaciones e intereses en juego en las negociaciones. El caso de los seguros contra default es ejemplificador de la cuestión. Precisamente, el accionar de los fondos buitre estuvo particularmente interesado en la declaración de default argentino (aún sin razones para ello dada la solvencia para afrontar los compromisos de deuda) porque habían “apostado” a los seguros contra default (Credit Default Swaps –CDS–). El 2 de agosto de 2014, sólo tres días más tarde de la inédita decisión de Griesa de innovar con la declaración de default “técnico” para Argentina, se gatillaron los CDS de los Bonos Discount. Curiosamente, el Comité de Decisión de ISDA que gatilló los CDS estaba integrado por Elliot Management, Bank of America, Barclays Bank, Blue Mountain Capital Management, BNP Paribus, Citibank, Crédite Suisse International, Deutsche Bank, Goldman Sachs International, Eaton Vance Managements, JP Morgan, Morgan Stanley, Nomura International y Pacific Investment. Es decir, los propios fondos buitre siendo tenedores de seguros de default, propiciaron el “default técnico” argentino (esto fue evidente en el caso de Aurelius). Las sospechas sobre esta situación llevaron a la CNV a elaborar una presentación a la SEC para investigar sus conductas.
4. El principio de la imparcialidad exige que todas las instituciones y agentes involucrados en las reestructuraciones de la deuda soberana, incluso a nivel regional, de conformidad con sus mandatos respectivos, sean independientes y se abstengan de ejercer toda influencia indebida en el proceso y en otros interesados o de realizar actos que generen conflictos de interés o corrupción o ambos.
Paul Singer, líder de los fondos buitre.
También la experiencia argentina ha sido paradigmática en este sentido: como representante del sistema financiero hegemónico, Griesa buscó recurrentemente obstaculizar el pago de la deuda y embarrar la negociación, obviando todo tipo de imparcialidad. Tres elementos permiten mostrar su postura: (i) la interpretación de la cláusula pari passu y la entrega de la administración del “stay” a los buitres, (ii) la elección de Daniel Pollack como mediador ostensiblemente pro buitre y (iii) la pretensión de sumar a los “me too” a las demandas de los fondos buitres contra la Argentina (dejando en claro el objetivo originario del fallo: no eran 1330 millones de dólares, era quebrar la reestructuración con todos los acreedores reclamando el 100 por ciento). A ello debe sumarse la infinidad de intentos infructuosos de embargos como mecanismo de “apriete”, la declaración de la Argentina en desacato y el activo rol “a escondidas” para que el Citi pague por “única” (pero tercera) vez y salga del negocio, sin apelar la resolución de pari passu (aceptando implícitamente el dictamen de Griesa).
5. El principio del trato equitativo impone a los Estados la obligación de abstenerse de discriminar arbitrariamente a los acreedores, a menos que la diferencia de trato esté justificada conforme a derecho, sea razonable y se corresponda con las características del crédito, garantice la igualdad entre los acreedores y sea examinada por todos los acreedores. Los acreedores tienen derecho a recibir el mismo trato en proporción con su crédito y con las características de este. Ningún acreedor o grupo de acreedores debe ser excluido a priori del proceso de reestructuración de la deuda soberana.
La discusión en torno a la interpretación de la cláusula de igualdad de trato es el nudo gordiano del conflicto. En octubre de 2010, el fondo NML propone a Griesa que la Argentina habría violado la cláusula pari passu al sancionar la Ley Cerrojo, “legitimando” el pago de la deuda a los bonistas reestructurados y no así la de los demandantes. Griesa se inclinó en favor de esta irracional lectura de la pari passu en diciembre de 2011, considerando que la Argentina cometía una discriminación con los fondos buitres y los demás bonistas que decidieron no participar de los canjes de deuda de los años 2005 y 2010: “Para poder cumplir con la orden judicial, Argentina tiene que pagarle a los demandantes el 100 por ciento de esos 1330 millones al mismo tiempo o antes de que les pague a los tenedores de bonos reestructurados”. La exigencia de pago en las condiciones previstas originalmente en los contratos, significó una grave discriminación en relación a aquellos acreedores que aceptaron las condiciones de los canjes de deuda.
Ya habilitado el juego a los buitres por parte de Griesa, es la Corte de Apelaciones la que rechazó la propuesta de resolución de la controversia de la pari passu ofrecida por la Argentina (que consistía en pagar a los demandantes en los mismos términos y condiciones que la Oferta de Canje 2010). La posterior presentación argentina ante la Corte Suprema de Estados Unidos del pedido de certiorari solicitando la revisión de la sentencia pari passu de la Corte de Apelaciones, fue desestimado el 16 de junio de 2014.
6. El principio de la inmunidad soberana de jurisdicción y ejecución en materia de reestructuración de la deuda soberana es un derecho de los Estados ante los tribunales internos extranjeros, y las excepciones deberán interpretarse de manera restrictiva.
El principio de inmunidad soberana protege a los Estados de los intentos de usar la fuerza contra un país soberano y por lo tanto, de la ejecución de sus bienes inmunes. En el caso argentino, el intento de los fondos buitres fue reiterado, pero en todos los casos fallido:
- Mayo 2005: intento de NML Capital de impedir el Canje 2005, a través del embargo de los bonos.
- Marzo 2007: intento de ejecución del Tango 01 en una Corte de California.
- Octubre 2009: intento de embargar 200 millones de dólares de la Anses.
- Julio 2010: intento embargo de Bonos Globales propiedad de Argentina depositados en cuentas de Estados Unidos.
- Junio 2010: Acción en el Segundo Circuito para impedir el Canje 2010.
- Julio 2010: ENL y EM intentan restringir uso de 105 millones de dólares de reservas internacionales del BCRA depositados en la Reserva Federal.
- Abril 2011: Aurelius pide embargos sobre patentes y regalías de varias agencias de Argentina.
La interpretación de este principio también implica no obligar a un país a su quiebra, no llevarlo al “suicidio”. La secuencia de demandas que desataría el fallo en favor de los 1330 millones de dólares de los buitres produciría un escandaloso incremento de la deuda externa. El peso de los intereses sobre las finanzas públicas tendría una incidencia infinitamente superior a la actual, debiéndose destinar ingentes recursos del presupuesto a esta cuestión.
También este principio hace frente al colonialismo jurídico, el cual se montó en el caso argentino sobre la importante resignación de soberanía que en un principio habilitó la Ley 21.305 de la última dictadura, al permitir la prórroga de la competencia territorial argentina a favor de jueces extranjeros, y que posteriormente se cristalizó con las refinanciaciones de deuda en los ‘80. Así, los planes Brady y Baker significaron no sólo el canje de deuda pública (privada estatizada) por bienes del Estado, sino también la emisión de miles de bonos de deuda luego adquiridos por inversores en todo el mundo. Los bancos internacionales exigieron cobertura judicial extranjera a esos nuevos acreedores ante eventuales incumplimientos. Esta intromisión de tribunales extranjeros significa un patrón de continuidad con la valorización financiera que el conflicto con los buitres y los nueve principios de la ONU viene a combatir.
7. El principio de la legitimidad implica que al establecer instituciones y realizar operaciones relacionadas con la reestructuración de la deuda soberana se deben respetar, en todos los niveles, los requisitos de inclusión y el estado de derecho. Los términos y condiciones de los contratos originales seguirán siendo válidos hasta que sean modificados mediante un acuerdo de reestructuración.
No es posible la intromisión sobre la fijación soberana de mecanismos de reestructuración y pago de la deuda a los acreedores. Distintas acciones de Griesa cuestionaron los términos acordados con los acreedores. El bloqueo del juez Griesa a la tarea del Bank of New York desconoció el mecanismo de funcionamiento de pago establecido en el convenio entre partes: el agente fiduciario es el responsable de pago de las deudas. En el caso de la Ley de Pago Soberano, el juez neoyorquino calificó de “ilegal” al proyecto de ley, que modificaba el agente fiduciario posibilitando cambiar la sede de pago a los bonistas, excediéndose nuevamente en jurisdicción y con desconocimiento de la soberanía argentina.
8. El principio de la sostenibilidad significa que las reestructuraciones de la deuda soberana deben realizarse de manera oportuna y eficiente y crear una situación de endeudamiento estable en el Estado deudor, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores y a la vez promoviendo el crecimiento económico sostenido e inclusivo y el desarrollo sostenible, minimizando los costos económicos y sociales, garantizando la estabilidad del sistema financiero internacional y respetando los derechos humanos.
Aquella frase pronunciada por Néstor Kirchner al inicio de la reestructuración “Los muertos no pagan” resume la disputa de dos modelos económicos en el orden mundial: crecer para luego pagar, o cumplir con las obligaciones de deuda a costa de condicionar el proceso económico interno. La segunda opción, aplicada en la mayoría de los casos, presenta una inherente contradicción que resulta de pretender que una economía en recesión cumpla con exigencias crecientes.
El “mal ejemplo” argentino tiene la profundidad de golpear la línea de flotación del capitalismo financiero global: la experiencia argentina de salida de la crisis a comienzos de siglo confronta con la reafirmación de la justicia estadounidense del negocio financiero como la forma predominante de acumulación en el capitalismo contemporáneo. La agudización de la pelea que la Argentina lleva adelante con los fondos buitre es expresión de la feroz disputa entre fracciones de capital concentrado a nivel mundial.
9. La reestructuración por mayoría implica que los acuerdos de reestructuración de la deuda soberana que sean aprobados por una mayoría cualificada de los acreedores de un Estado no se verán afectados, perjudicados u obstaculizados de otro modo por otros Estados o por una minoría no representativa de acreedores, que deben respetar las decisiones adoptadas por la mayoría de los acreedores. Debe alentarse a los Estados a que incluyan cláusulas de acción colectiva en sus emisiones de deuda soberana.
Lo más emblemático del caso argentino ha sido quizás la escasa representación de acreedores que cuestionaron los canjes y operaron a través de Griesa: sólo el 0,45 por ciento del total. Sin embargo, la inexistencia de una “ley de quiebras” a nivel internacional facilitó la posibilidad de que una pequeña minoría condicionara la negociación de deuda. Esta regla hoy vigente en la resolución de la ONU aleja los fantasmas de demandas buitre que amén de su ostensible minoría logren poner patas arriba un proceso zanjado política y económicamente, como es la situación argentina respecto a su desendeudamiento.
Este amplio aprendizaje argentino, tanto durante el oscuro proceso de endeudamiento como en la posconvertibilidad con la batalla contra los buitres se ha traducido en los principios de la ONU. Como sostuvo Cristina Fernández de Kirchner: “Hemos cumplido con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional ayudando a otros países hermanos para que no pasen por las mismas injusticias que tuvimos que atravesar nosotros los argentinos”. Desde el país que supo ser el mejor alumno de los dictámenes del capital financiero se fijan nuevas reglas mundiales para su regulación.
* Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

TEORIA ECONOMICA Y LAS POLITICAS ECONOMICAS EN BRASIL

TEORIA ECONOMICA Y LAS POLITICAS ECONOMICAS EN BRASIL

Daños autoinfligidos

El prestigioso intelectual brasileño Theotonio Dos Santos destaca la sorpresa de que el segundo gobierno de Dilma Rousseff haya adoptado la política económica de la oposición brasileña. Ajuste, inflación y desempleo.
 Por Theotonio Dos Santos *

Muchos gobiernos electos están subyugados a sus bancos centrales, bajo el pretexto de que son instituciones independientes, por encima de las prácticas “inmorales” de los políticos. Por “política” debe entenderse elecciones y la participación de los pueblos que son los principales afectados por las decisiones de los políticos y las acciones “políticas” de estos bancos. Es así como intereses absolutamente minoritarios de la población rigen la economía mundial y consiguen obligar a las grandes mayorías a someterse a la dictadura tecnocrática llamada Bancos Centrales “independientes”.
La misión de estas instituciones es transferir, bajo las más diversas formas, masas colosales de riqueza al “mercado” financiero. Se trata de una expropiación de los recursos obtenidos por los distintos tipos de ingresos fiscales para transferirlos al sistema financiero bajo los pretextos más increíbles y las maneras más inventivas.
Es extraño observar cómo esta modalidad violenta de capitalismo de Estado se realiza en un ambiente ideológico dominado por los principios doctrinales del neoliberalismo, apoyándose siempre en la famosa frase de Margaret Thatcher de que “no hay alternativa”. Se trata de una expresión de determinismo económico que se torna incluso ridícula cuando vemos la realidad histórica que tratan de describir estos pretendidos instrumentos científicos. Ya hemos dicho en varias ocasiones que este espectacular aparato ideológico se parece estrechamente al mundo intelectual católico fundado en la escolástica tomista que dominó por muchos siglos la economía feudal europeo y que disponía de enormes poderes estatales y religiosos para torturar e incluso condenar a muerte a los “herejes”, representantes de la nueva onda filosófica y científica liderada por las burguesías en expansión material y financiera.
Debe quedar claro, sin embargo, que el reino del capital financiero no tiene nada que ver con la fantasía ideológica “neoliberal” que pretende establecer el equilibrio fiscal, monetario y cambiario a través del “libre mercado”. El mundo nunca ha vivido desequilibrios tan colosales como en esta nueva fase de dirección de las finanzas y de las políticas macroeconómicas a través de los bancos centrales independientes.
En Brasil estas transferencias tienen una forma absurda: el gobierno brasileño lanzó y todavía lanza en el mercado financiero títulos de deudas no porque tenga deudas. De hecho, el gobierno brasileño desde los años 1994 lanza títulos de deuda no para satisfacer las necesidades de su población y cumplir con los objetivos del Estado. Incluso sabemos que al definir la función del Estado, no hay ningún teórico de la corriente neoliberal que incluya entre los deberes del Estado lanzar títulos de deuda con altas tasas de interés sin tener ninguna deuda derivada de los llamados “fines” del Estado.
Cabe señalar que estos enormes recursos públicos que se transfieren al sector privado o semipúblico no fueron utilizados para ninguna inversión productiva y sí para la especulación en un mercado financiero cada vez más distante de la economía productiva y, por tanto, cada vez más cerca de una gran crisis económica, social y política. Agregamos a estas crisis la elaboración enfermiza de un discurso capaz de defender esta política irracional con sus efectos desmoralizantes para el pensamiento social brasileño.
Se hace necesario por tanto una terrible manipulación intelectual desde hace mucho tiempo practicada en Brasil: hacer deudas públicas y pagar por ellas altas tasas de interés por razones macroeconómicas y no pagar deudas públicas inexistentes. Otros Estados nacionales escondieron sus objetivos de servir al capital financiero (es decir, el 1 por ciento que posee más del 50 por ciento de la riqueza mundial). Por ejemplo, Estados Unidos transfirió el equivalente a la mitad de su PIB a sus bancos y agentes financieros durante la crisis de 2008, bajo el pretexto de que era necesario ayudar a los clientes de estos bancos afectados por la especulación y la crisis financiera y, sobre todo que era necesario para salvar las agencias financieras afectadas por la crisis porque eran demasiado grandes como para permitirse que entren en quiebra. Las consecuencias de estas quiebras afectarían a todos.
En Brasil se inventaron dos excusas vergonzosas para enriquecer al 1 por ciento de la población y por tanto los dueños del país, siendo gran parte de ellos empresas subsidiarias de capitales de propiedad de corporaciones transnacionales del centro del sistema mundial. Veamos la situación generada en los últimos 20 años como resultado de estas políticas indefendibles:
1) Cuando estábamos con los dólares excedentes durante la primera década de los años 2000, debido al enorme aumento de nuestras exportaciones, se consideró conveniente favorecer más entrada de dinero al país atrayendo capitales del exterior con altas tasas de interés pagadas por el Estado brasileño.
2) Cuando se redujo la tasa de interés pagada por el Estado a alrededor del 6 por ciento en los años 2010-2012, se inventó una amenaza de aumento de la tasa de interés de Estados Unidos que nunca ocurrió. De acuerdo con estas “predicciones”, sería el fin de la entrada de capitales internacionales en Brasil y, por tanto, deberíamos sin falta “elevar las tasas de interés”... con lo cual el pueblo brasileño dejaba transferir cerca del 50 por ciento del “gasto público” a este sector reducido de la población.
Recordemos que a pesar del título de “inversión directa” se trataba de capitales financieros en busca de nuestros excedentes financieros, especialmente expresados en nuestras elevadísimas reservas de divisas que asómbrese lector están en manos del mismo Banco Central que las aplica en inversiones financieras injustificables (como la compra de los desvalorizados títulos emitidos por Estados Unidos y por los cuales paga cero interés desde 2008). Esta institución monstruosa empujó al país a un falso déficit fiscal, que debe ser cubierto con el ajuste para reducir el gasto público destinado a satisfacer las necesidades de nuestra población aumentando de manera completamente artificial nuestras deudas y exigiendo más recortes de gastos públicos para aumentar el déficit público. E incluso consideran como un despilfarro absurdo a la “responsabilidad fiscal”.
Por lo tanto, la presidenta Dilma Rousseff dirigía un país de alto éxito económico (y financiero) con un crecimiento del PIB de más del 7 por ciento anual, un poderoso superávit comercial internacional, unas reservas en crecimiento, una capacidad envidiable de atracción de capitales del exterior, un aumento del empleo y la reducción del desempleo, un programa de gasto público de alta calidad a pesar de todas las críticas que se podía hacer y finalmente a través de unas políticas sociales que pasaron a ser imitadas en todo el mundo. En ese momento el gobierno de la presidenta Dilma alcanzó más del 60 por ciento de aprobación en 2012.
¿Cómo es posible que la presidenta Dilma haya dado crédito a los “economistas” del Banco Central y pase a abandonar su programa extraordinariamente exitoso? ¿Cómo puede ser que acepte las ideas absurdas de los directores del Banco Central, reunidos bajo el nombre de Copom, e inicie una política recesiva a partir del aumento de la tasa de interés con el único objetivo de contener una inflación, que en realidad era relativamente baja?
Peor aún, ¿cómo puede nuestra querida luchadora y estudiosa de la economía heterodoxa con influencia marxista creer que éste es el camino correcto para contener una inflación que todavía era baja y que “amenazaba” explotar, según estos economistas “geniales”? Explosión esta que sólo existía en la cabeza de los seis directores del Banco Central. No hubo un solo estudio económico para probar esto. No hubo un solo modelo teórico que probara esta previsión interesada y desastrosa.
Esta es la gran pregunta. Lean detenidamente el artículo del Premio Nobel más respetado en el mundo actual, Joseph Stiglitz. No se trata de un radical izquierdista y sí de un analista social, político y económico de gran calidad que no se dejó llevar por raciocinios primarios sin ningún fundamento empírico. En un artículo reciente sobre la crisis mundial reitera que el “pensamiento” económico que sustenta estas políticas de falso rigor fiscal es de hecho un instrumento directo del capital financiero. Los pueblos de todos los países del mundo votan sistemáticamente contra los llamados “ajustes fiscales” que son un ajuste del gasto público para crear “excedentes” fiscales para pagar las deudas que el sistema financiero consigue crear en todo el mundo.
Los pretextos utilizados por el pensamiento neoliberal no son válidos. Sin embargo, incluso los papas del neoliberalismo en mundo entero nunca se atrevieron a poner en el cadalso un país como Brasil que cuenta con cerca de 400 mil millones de dólares de reservas. Sin embargo, el gobierno respaldado por las fuerzas populares del país entrega el poder a un contador sin ninguna obra científica que pueda justificar su “prestigio” y que trata de imponer el recorte de gran parte de las medidas económicas de contenido social para establecer una política macro económica inexplicable.
Ningún razonamiento económico razonable, ningún estudio empírico serio, ningún estudio de caso capaz de probar la relación absurda entre los aumentos desproporcionados en las tasas de interés y contención de la inflación, ninguna teoría o incluso un articulito en alguna revista con calificación alta, como es la moda en nuestros círculos académicos actuales, se presentó para el debate con el pueblo brasileño que justifique la transferencia de alrededor de 1 billón de reales en pago de intereses al privilegiadísimo 1 por ciento del pueblo brasileño. En fin, ninguna explicación capaz de fundamentar esta política que es rechazada radicalmente por más del 70 por ciento de la población que dejó de apoyar a Dilma para convertirse en masa de maniobra de intereses golpistas en el país.
Nadie imaginaba que, en lugar de continuar con la política aprobada por la abrumadora mayoría de la población, el segundo gobierno de nuestra compañera de muchas luchas adoptaría la política económica de la oposición brasileña. Se trata inclusive de la sumisión a los economistas del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que dejaron el gobierno en 2002 con una tasa de inflación del 13 por ciento, una deuda externa de 35 mil millones de dólares, una deuda pública de más de 800 mil millones de reales, un crecimiento cero del PIB, una concentración del ingreso colosal. Es hora de pensar bien en quien creemos. El pueblo brasileño, como todos los pueblos del mundo, ya tomó su decisión. Hay un levantamiento mundial contra las políticas neoliberales y sus “ajustes fiscales” que retiran recursos de nuestro pueblo para entregarlos bajo diferentes disfraces a los dueños del sistema financiero mundial.
Si no creen en el rigor de estos análisis, esperemos para ver la explosión mundial que se está configurando.
* Doctorado en Economía. Autor de La teoría de la dependencia.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Cepal, Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible

Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible

La Razón (Edición Impresa) / Foro - Alicia Bárcena
00:00 / 20 de septiembre de 2015
El 25 de septiembre, en Nueva York, los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptarán oficialmente la llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que constituye un hito en el proceso global de construcción de sociedades más igualitarias capaces de vivir en armonía con el medio ambiente. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que incluye esta agenda reemplazarán a los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que guiaron los esfuerzos de los países durante los últimos 15 años. La diferencia entre ambas agendas es relevante para América Latina y el Caribe: la nueva hoja de ruta aborda varias dimensiones de la desigualdad, el principal problema de nuestra región.
La Agenda 2030 incorpora los tres pilares del desarrollo sostenible y trata aspectos cruciales para la región en materia de educación, vivienda, seguridad alimentaria, provisión de servicios básicos, desarrollo urbano, protección social y gestión del riesgo de eventos catastróficos. También incorpora la noción de bienes de interés colectivo, como la protección de los océanos, la atmósfera y la biodiversidad.
Los nuevos objetivos consensuados por los países con la participación de otros actores en un proceso democrático sin precedentes exigen transformaciones importantes, las cuales ya han sido advertidas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que en los últimos años ha llamado a los países a llevar a cabo un cambio estructural en sus modos de producción y consumo (privilegiando sectores más intensivos en conocimiento y ambientalmente sostenibles), y a buscar pactos sociales amplios con visión de largo plazo.
La nueva agenda global plantea por primera vez la erradicación de la pobreza extrema para 2030, y considera, como históricamente lo ha hecho la CEPAL, que el empleo digno y de calidad es la llave maestra para lograr un desarrollo más inclusivo. El empleo con derechos debe ir de la mano de la industrialización y la innovación tecnológica para mejorar la productividad y la eficiencia en la utilización de los recursos.
En materia de género se dan avances relevantes al plantear las tres dimensiones de la autonomía de las mujeres necesarias para alcanzar la plena igualdad: la autonomía económica, política y física. Se plantea eliminar todas las formas de violencia contra la mujer, otorgar igual acceso a los recursos económicos y reconocer y valorizar el trabajo no remunerado. También se incorpora el enfoque de género en otros objetivos.
Es vital para la región fortalecer la movilización interna de recursos para implementar esta agenda, considerando que las tasas de ahorro y recaudación tributaria son en general bajas, y que se ha reducido el acceso a fuentes de financiamiento externas tradicionales, como la ayuda oficial al desarrollo. Nuestros países también se enfrentan al reto de canalizar más eficazmente los flujos de financiamiento privado, así como de idear mecanismos innovadores de financiamiento.  
El desarrollo sostenible exige una considerable acción colectiva. Una agenda como la que estamos pactando hoy exige descolonizar los acuerdos multilaterales de desarrollo, ya que la gobernanza global debe ser universal e inclusiva y reflejar los intereses, las necesidades y los objetivos de la comunidad internacional en su conjunto. Esto es un desafío aún mayor si se consideran los retos relacionados con el cambio climático y la asimetría de la arquitectura financiera internacional.
Aprovechando las potencialidades de la revolución tecnológica, la Agenda 2030 debe centrarse en procesos participativos y transparentes, que vayan desde abajo hacia arriba y de lo nacional hacia lo regional y de lo regional a lo mundial.
La CEPAL se acerca a sus primeras siete décadas de vida dedicada, como siempre, a imaginar caminos para el desarrollo económico, social y ambiental de América Latina y el Caribe. En este marco, vemos a los ODS como un puente entre el corto y el largo plazo. Hoy, en el contexto de la Agenda 2030, disponemos de nuevas y mejores herramientas y de una sólida institucionalidad para llevar a cabo un proceso transformador y superar el rasgo más acusado de nuestra región: la desigualdad. Tal y como lo resalta la nueva agenda, nuestra obligación es no dejar a nadie atrás.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

"Cómo se gestó la utopía tecnocrática"

EL ROL DE LOS ECONOMISTAS

Perplejidades en el templo

Cuando los economistas alcanzaron el poder. Cómo se gestó la utopía tecnocrática es la obra de Mariana Heredia, especialista en temas vinculados con los think tank como el CEMA, Fiel y Fundación Mediterránea.

Por Mariana Heredia
Las experiencias económicas extremas muestran con dramatismo el lazo que enhebra la vida de las personas con los grandes sucesos de la historia. Los argentinos tenemos cientos de anécdotas del modo en que las decisiones ministeriales de las últimas décadas trastrocaron nuestra suerte. Con el Rodrigazo, muchas familias perdieron un patrimonio atesorado laboriosamente, mientras otras, endeudadas, pasaban a pagar cuotas irrisorias. Con la tablita cambiaria, unos pocos vivieron un festín de plata dulce, al tiempo que otros veían quebrar sus empresas o perdían sus empleos. Pero era solo el comienzo. Poco después vendrían la hiperinflación, la confiscación de los depósitos bancarios, la euforia y la desilusión de la convertibilidad, las cuasi-monedas, el corralito, las corridas cambiarias, el default.
Desde mediados de los años setenta, fuerzas impersonales e irrefrenables parecen desatarse y adueñarse del destino del país: los precios suben, los capitales vienen y se van, el déficit amenaza con desmadrarse, el dólar se vuelve una obsesión desesperante. Los más avezados denuncian a los sectores dominantes: parece que conspiran otra vez, pagan asesores, manipulan gobiernos, imponen políticas. Difícil salir de la encrucijada: ¿se trata de un enigma que solo los especialistas pueden resolver o del complot de un grupo de interés que todo lo destruye a su paso?
Las ciencias económicas se fueron erigiendo en el templo donde podían descifrarse los enigmas o urdirse los complots. A partir de la dictadura, los economistas empezaron a participar cada vez más en los medios, fundaron centros de investigación respaldados por organismos internacionales o empresarios, asesoraron a militares y políticos desconcertados, accedieron a cargos cada vez más importantes, elaboraron y tomaron decisiones de singular osadía. Mientras vacilaban otros saberes, la disciplina se arrogaba la autoridad de la ciencia. Ante una representación gremial y partidaria en crisis, los think tank se convertían en un canal alternativo de acceso a la conducción del Estado. Como fuera, la expertise económica se fue afirmando como una instancia sagrada o misteriosa que era menester defender con encono o atacar con rebeldía.
Precisamente por esta centralidad, los economistas ofrecen una clave para comprender la historia reciente. En tanto intérpretes privilegiados y herramientas fundamentales en la comprensión, la resolución y el agravamiento del desorden, su experiencia nos permite asomarnos al reordenamiento (a la vez económico, social y político) de nuestro tiempo. Cuando me acerqué a conversar con ellos en 2003-2004, el momento era propicio. Ante el desmoronamiento de la convertibilidad se abrían interrogantes que habían estado clausurados durante años. Conversaron conmigo jóvenes y viejos, ortodoxos y heterodoxos, funcionarios y académicos, observadores independientes y protagonistas de los grandes acontecimientos. Los grandes diarios, las publicaciones científicas y otras huellas me ayudaron a poner en perspectiva los testimonios. Al encontrarlos con la guardia baja, me fue posible atravesar las puertas del templo y la experiencia me deparó grandes sorpresas. Tomemos aquí solo tres de ellas.
La primer sorpresa fue que aunque había signos que hoy consideraríamos preocupantes, los problemas argentinos no se definían en los años cincuenta o sesenta como “problemas económicos”. Para la mayor parte de las elites del momento, el desafío no era garantizar la estabilidad y el crecimiento sino alcanzar el desarrollo y lograr la integración de las mayorías. En ese entonces, los economistas eran personajes inexistentes o muy secundarios, que ni siquiera competían con los empresarios, los militares y los sindicalistas en la interpretación de los acontecimientos. Lejos de oponerse al avance de la intervención pública, los economistas fueron originariamente una profesión de Estado, formada sobre todo por las universidades públicas y con la aspiración de contribuir a la planificación del progreso. En una Argentina donde se sucedían gobiernos militares y civiles, los ministros económicos eran los más inestables de todo el gabinete. Más allá de su orientación, las medidas solían tener un espíritu más bien gradualista y ninguna logró contrapesar de manera durable la vocación intervencionista del Estado nacional.
La segunda sorpresa es que aunque fuera un fenómeno de larga data, la inflación se erigió a partir de mediados de los años setenta en el principal termómetro de la crisis y este modo de tematizar las dificultades del país acompañó y justificó rupturas trascendentes. Entre 1945 y 1974, la media de incremento anual de los precios se situó en torno del 28 por ciento, y estos valores estuvieron por encima de los promedios del mundo entero. No obstante, fue recién con el salto de 1975 y la instauración de la dictadura que la inflación dejó de ser considerada un mal menor para convertirse en la gran preocupación de los gobiernos. Mientras los especialistas se concentraban en la explicación y el tratamiento de este fenómeno, las autoridades les atribuían cada vez más potestades para resolverlo. Más que en un consenso en pos de las reformas de mercado o en un enfrentamiento encarnizado entre dos proyectos de país contrapuestos, fue en la dialéctica entre inflación y política antiinflacionaria donde se jugó la reformulación del orden de posguerra.
La tercera sorpresa es que aunque los expertos fueron alcanzando más visibilidad e influencia, rara vez se pusieron de acuerdo sobre los modos de interpretar la crisis y de intentar solucionarla. Contrariamente a lo que puede pensarse, la discusión económica fue álgida durante la dictadura y no solo participaron de ella economistas cepalinos, keynesianos, desarrollistas sino también hombres de negocio y medios de comunicación que resistían el avance del monetarismo. Aunque la controversia se circunscribió luego al enfrentamiento entre heterodoxos y ortodoxos, no había hacia 1990 un consenso absoluto entre los especialistas. De hecho, la convertibilidad se adoptó contra las recomendaciones del Consenso de Washington, del FMI y de gran parte del empresariado. Fue el éxito de la medida el que le otorgó poderosos aliados. Si los argumentos ortodoxos parecieron verdaderos en la victoria, las objeciones heterodoxas se tornaron plausibles en la triste crónica del final. Como afirma con honestidad un ministro de Alfonsín: “No teníamos la certeza de que pudiéramos estar a la altura de lo que el país necesitaba. [...] Una de las dificultades de tener responsabilidades políticas es que la gente confía en uno más de lo que uno cree que merece”.
Como los médicos del cuadro de Rembrandt, los economistas lograron consolidar una confianza que los autorizó a operar de modo incisivo y determinante sobre el cuerpo social. Eso no los exoneró de avanzar en la incertidumbre, de escoger entre imperativos contradictorios, de provocar consecuencias tal vez más graves que el mal que intentaban conjurar.
* Socióloga UBA y doctora en Sociología por la Ecole des Hautes Etudes de París. Investigadora adjunta del Conicet y del Idaes/Unsam.
 http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-8791-2015-09-16.html

sábado, 12 de septiembre de 2015

Bolivia: autor de "El neoliberalismo en acción" habla

Pablo Ramos: En el neoliberalismo, el estado de sitio fue un factor económico

En 2015 se cumplieron 30 años de la promulgación del histórico Decreto 21060; también son 30 años del libro que empezó con la crítica de este modelo económico, ‘El neoliberalismo en acción’, de Pablo Ramos Sánchez.
Pablo Ramos.
Pablo Ramos. Foto: Ignacio Prudencio.
La Razón (Edición Impresa) / Iván Bustillos Zamorano / La Paz
00:03 / 06 de septiembre de 2015
Si el liberalismo clásico decía que los factores de la producción son la tierra, el trabajo y el capital; el neoliberalismo, aunque sin decirlo de modo explícito, añadió el estado de sitio, la represión, como un factor más del funcionamiento económico. Al Decreto 21060 acaso haya que reconocerle cierta efectividad en algunos aspectos, como el hecho de generar estabilidad; el problema estuvo en lo que luego dio lugar: la extranjerización de lo más fuerte de la economía nacional.
— El 21060, se dice, fue una Constitución de facto. ¿Tuvo tal vuelo?
— El 21060 implicó la aplicación de un nuevo modelo de política económica; es decir, el abandono de las viejas formas de organización económica del país y el fin de un tipo de Estado; más aún, fue el fin de una concepción, del nacionalismo revolucionario, y se establece el neoliberalismo; en estos términos es un parte aguas, porque hasta agosto del 85 se estaba aplicando una política intervencionista y de pronto pasamos a una política totalmente liberal, ultramontana.
— ¿Era más salvaje, como dicen?
— Es mucho más salvaje, porque finalmente el liberalismo clásico llegó a plantear algunas formas de redistribución del ingreso; en cambio, el neoliberalismo es ultramontano, en términos de que se tiene que aplicar el patrón en favor de un cierto grupo social, pensando que éste, que son los empresarios, va a llevar adelante la economía, va a poder organizar la sociedad y finalmente va a conformar un desarrollo económico. 
— Se ve al 21060 como necesario, para parar la hiperinflación, incluso en su forma, como una política de shock, de choque.
— En realidad, la estabilización era la necesaria. Estábamos viviendo un periodo hiperinflacionario, que fue consecuencia de la crisis provocada por el modelo anterior establecido especialmente durante el régimen de Hugo Banzer. Él llevó a la crisis, que no pudo controlar la UDP, de ahí que surgió la necesidad de establecer medidas para la estabilización monetaria, especialmente estabilización de precios, y ahí era necesario (el 21060); pero el modelo neoliberal no resolvió los problemas centrales: no hubo desarrollo ni crecimiento económico, más bien estancó la economía; de ahí que el modelo del 21060 fue después ampliado con el 21660 de reactivación económica, pero que tampoco funcionó.
— Para reducir el déficit fiscal, el gran problema que se decía entonces, ¿era necesario achicar tanto el Estado?
— Uno de los lineamientos centrales del neoliberalismo es el desmantelamiento del viejo Estado. No solo es reducir o eliminar el déficit fiscal, sino sobre todo eliminar la empresa pública. Hasta 1985, teníamos 159 empresas públicas, y entonces viene el nuevo modelo para descentralizar unas, eliminar otras, reducir al Estado, pero no crea un sustituto; si antes el MNR pensó en crear una burguesía nacional para que sea el actor, no surgió la burguesía nacional; y en el neoliberalismo no aparece el actor principal y de ahí que tiene que recurrirse a la transnacional; toda la política de reactivación, de crecimiento se basa en el papel de la empresa transnacional, pero que a la larga también fracasa.
— Hubo reformas necesarias al aparato del Estado, el bolsín, la reforma tributaria...
— Hubo medidas que realmente cumplieron un efecto positivo, como el bolsín, que logró controlar el tipo de cambio, la reforma tributaria también, pero se la llevó al otro lado, totalmente favorecedora del capital privado extranjero, se elimina el impuesto a las ganancias y surge el impuesto al valor agregado, que en el fondo era un impuesto a los salarios. Eran necesarias algunas medidas, incluso el shock, porque se vio que las medidas de correctivos, por paquetes, no eran lo adecuado; se requería un ajuste muy fuerte, pero no en estos términos.
— El 21060 parece bueno como freno, pero luego cuestionable por su orientación...
— Lo grave estuvo en las reformas de segunda generación que aplica Gonzalo Sánchez de Lozada, que llevó a la entrega total de las empresas del Estado, a la supresión de la banca estatal; peor la entrega del excedente petrolero, de las empresas públicas; eso de ninguna manera puede justificarse históricamente, que fue más bien una medida contraria al interés nacional, como traición a la patria, y que significó un costo tremendo en términos de corrupción; llegamos a calificar a la llamada capitalización como la corrupción en su máximo histórico, en cuanto a la transferencia de recursos del Estado a manos privadas.
— ¿En qué andaba la izquierda en ese entonces? ¿Qué alternativa ofrecía?
— La principal observación se refería al carácter de clase de la medida, a la extranjerización, a la privatización, a la eliminación del Estado en la economía. Lo que la izquierda planteó siempre es que en nuestro país, sin el Estado no puede haber desarrollo, y se ha demostrado, no solo desde el 52, sino desde antes. La izquierda además planteaba la reforma de la empresa pública para mejorarla, no para destruirla; también criticó el sesgo totalmente contrario al interés de los obreros, fue un castigo, una deuda histórica enorme que creó el neoliberalismo y que la estamos pagando todavía, porque hay una generación que se frustró, que se sacrificó.
— ¿Qué es lo que cree que queda ahora del 21060?
— Nunca los modelos son eliminados del todo, siempre quedan aspectos que pueden ser positivos; aquí lo dialéctico es negar lo malo y favorecer lo bueno. Por ejemplo, yo diría que todo lo que es el manejo cambiario, con el bolsín, es positivo; eso se mantiene, que sería lo más trascendente, porque el resto, el tronco, la matriz, ha sido eliminado.
— Con ‘eliminado’ se refiere al Estado Plurinacional.
— (El Estado Plurinacional) es una negación total del 21060. Desde el 2006 se establece otro modelo; es un cambio de la matriz básica de la organización de la economía; ahora estamos con una economía plural, que no solo es economía mixta.
— ¿Cómo ubica a la nacionalización en todo esto?
— La nacionalización es parte del nuevo modelo, es la negación de la vieja privatización extranjerizadora que llevó a cabo el neoliberalismo, es el cambio más trascendente, porque se recupera y se fortalece al Estado. Se recupera los recursos naturales, y gracias a ello hemos tenido todo este auge económico de los últimos diez años. Han sido los excedentes de las empresas públicas lo que nos ha permitido tener este fondo financiero, con el cual se ha podido llevar a cabo las grandes acciones de industrialización; son la base, el comienzo.
— ¿Un nuevo nacionalismo?
— Más avanzado, no es el nacionalismo revolucionario. Se toma de él los elementos progresistas, pero ahora estamos ante la economía plural, que significa sector público, privado, cooperativo y el de la economía comunitaria. Es un nuevo modelo, que va más allá, pero toma del nacionalismo revolucionario elementos como la diversificación productiva, la integración nacional, la emancipación económica, que planteaba el propio Paz Estenssoro antes, y que después traicionó.
— Algo que hoy día mismo queda del 21060 parece ser la llamada ‘reproletarización’, la generación el 85 del nuevo proletariado.
— El neoliberalismo destruyó a la clase obrera, en gran medida; destruyó la columna vertebral, que era la minería, pero también lo fabril, fábricas donde había 3.000, 4.000 trabajadores, como la Soligno, la Forno, la Said, porque no podía competir. Atomiza, lo que ocurrió es que se atomiza al movimiento obrero; hay nuevas formas o expresiones del movimiento sindical; hay la reproletarización en términos de la reorganización de la clase obrera, pero no con las características anteriores. Lo que hizo el neoliberalismo fue funesto, en términos de destruir lo que es la base de la creación de riqueza, el trabajo humano y la organización de la clase obrera. Hay una nueva forma de presencia obrera, con sindicato más pequeño; pero la COB existe, existen las organizaciones sociales, de los trabajadores.
— ¿No será herencia del 21060 el actual rol menor de la clase obrera en el proceso de cambio, frente al movimiento indígena?
— Lo que en Bolivia nunca tomamos en cuenta fue que siendo un país especialmente rural hasta los 80, el movimiento campesino iba a cumplir un papel importante, y lo cumplió. Lo característico del proceso de cambio es la emergencia del campesinado; son la esencia del cambio, que se complementa en alianza con los trabajadores, pero que sí el campesinado tenía que tener un papel importante en un país que era predominantemente rural.
— Pero el obrero ahí es lo complementario…
— Quien sufrió la represión más severa en todos los gobiernos militares, desde René Barrientos, fue el sector obrero, lo descalabraron, con la famosa relocalización se destruyó el movimiento minero, del movimiento fabril, y también los sectores obreros de la empresa pública.
— La llamada flexibilización laboral...
— Lo que faltaba, dentro del modelo, era justamente aplicar la flexibilización laboral. En cierto modo ya estaba en el artículo 55 (del 21060), de la libre contratación; pero la flexibilización llevaba al Estado a reducir, a eliminar, todo lo que era legislación laboral. 
— Eso se frenó, dice usted...
— Se frenó afortunadamente, era el pivote que iba aplicar Gonzalo Sánchez de Lozada en su segundo mandato.
— Se refiere a la vigencia de la legislación laboral, pese a la libre contratación...
— No se la liquidó porque Paz Estenssoro no quiso renunciar a su vieja idea nacionalista; aunque después llegó a ser un convencido neoliberal, él todavía mantenía algún criterio de lo que había sido el 52, cuando se consiguió mejorar las condiciones del trabajo.
— Tuvo reservas...
— Tuvo reservas en cuanto a la flexibilización laboral y también, lo supimos después, en cuanto a que se entregue al extranjero los hidrocarburos; en privado cuestionaba; pero como ya estaba fuera de la política y además tenía que respetar lo que estaba haciendo su partido, con Sánchez de Lozada en el gobierno, no dijo nada, nunca se pronunció.
— ¿Es imposible el ‘retorno’ del neoliberalismo? ¿No es algo latente todo el tiempo?
— La amenaza de un retorno siempre existe, la reacción política, económica y social está siempre latente; va a haber intentos, pero un elemento central que ahora frena, es que la represión no puede ser utilizada como antes; en el neoliberalismo —y aquí una diferencia con el clásico— es que los neoliberales llegan a incorporar la represión, la coacción como un elemento económico, una categoría económica. Los clásicos decían: ‘los factores de producción son tres: tierra, trabajo y capital’; en cambio, los neoliberales sin decirlo implican: tierra, trabajo, capital y estado de sitio. Las condiciones para volver a un sistema de represión, como el de Augusto Pinochet o de Banzer, parecen no darse. Ahora, además, estamos en democracia, hay conciencia social  y de la democracia, un factor político, una toma consciente del pueblo; por eso, retroceder, entregar los recursos naturales a las transnacionales no creo que nadie acepte, sería un retroceso muy grande, los pueblos se opondrían. Lo que vivimos ahora tiene factores de inercia: el movimiento social no va volver a ser el de antes, ahora es protagonista.
Datos
Nombre: Pablo Ramos Sánchez
Nació: En el Gran Chaco (Tarija), el 25 de enero de 1937
Profesión: Economista
Obra
El texto de Pablo Ramos que pronto verá la luz es la actualización de Los principales paradigmas de la Política Económica. “Tengo un desafío conmigo mismo, escribir el surgimiento, ascenso y caída  del neoliberalismo; o sea el análisis de la coyuntura desde 1985 y los factores de crisis anterior, hasta el 2005 y la caída del neoliberalismo”, anuncia. 

viernes, 11 de septiembre de 2015

Propuesta del G77+ China gana en la ONU y beneficia a todos, además de Argentina

Morales considera que la ONU propinó un ‘fuerte golpe’ al FMI

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó el jueves, con 136 votos a favor, 6 en contra y 41 abstenciones, nueve principios no vinculantes que servirán de marco legal internacional para las reestructuraciones de la deuda soberana.
Anuncio. El presidente Evo Morales durante la conferencia celebrada ayer en el Palacio de Gobierno.
El presidente Evo Morales en conferencia celebrada en el Palacio de Gobierno. Foto: ArchivoABI.
La Razón Digital / EFE / La Paz
14:45 / 11 de septiembre de 2015
El presidente Evo Morales celebró hoy la aprobación en la ONU del marco legal para la reestructuración de las deudas soberanas y consideró que es un "fuerte golpe" al Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Ayer se ha dado un fuerte golpe al FMI, una profunda transformación en temas financieros internacionales. Saludamos este trabajo", dijo Morales en una declaración a los medios en la región de Cochabamba.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó el jueves, con 136 votos a favor, 6 en contra y 41 abstenciones, nueve principios no vinculantes que servirán de marco legal internacional para las reestructuraciones de la deuda soberana.
La iniciativa fue propuesta a raíz del litigio judicial entre Argentina y un grupo de fondos especulativos que no aceptaron las reestructuraciones de bonos públicos en mora desde 2001 y denunciaron al país suramericano en Nueva York.
"Felizmente ganamos en esta votación sobre el derecho del Estado soberano a actuar en ejercicio de su autoridad, a diseñar su política macroeconómica en esta llamada reestructuración de la deuda soberana, pero también evitar las medidas abusivas que vienen del FMI", sostuvo Morales.
Recordó que la iniciativa fue gestada en la Cumbre del Grupo de los 77 países en desarrollo y China (G77) celebrada en Bolivia en junio de 2014 y que ese bloque encargó a su país dirigir las negociaciones al respecto.
El mandatario criticó los "modelos de saqueo y de asalto" impuestos por el FMI y afirmó que en Bolivia esas políticas no llevaron "al desarrollo, menos a resolver los problemas sociales".
Encargó a sus ministros del área jurídica que preparen un proyecto de ley para que Bolivia sea el primer país en adoptar los principios aprobados por la ONU el jueves.

Todos somos argentinos

"The social world differs from the physical world because it is man-made and hence almost infinitely malleable."
Dani Rodrik urges us to cherish diversity in economics.

Economists vs. Economics

CAMBRIDGE – Ever since the late nineteenth century, when economics, increasingly embracing mathematics and statistics, developed scientific pretensions, its practitioners have been accused of a variety of sins. The charges – including hubris, neglect of social goals beyond incomes, excessive attention to formal techniques, and failure to predict major economic developments such as financial crises – have usually come from outsiders, or from a heterodox fringe. But lately it seems that even the field’s leaders are unhappy.
Paul Krugman, a Nobel laureate who also writes a newspaper column, has made a habit of slamming the latest generation of models in macroeconomics for neglecting old-fashioned Keynesian truths. Paul Romer, one of the originators of new growth theory, has accused some leading names, including the Nobel laureate Robert Lucas, of what he calls “mathiness” – using math to obfuscate rather than clarify.

Richard Thaler, a distinguished behavioral economist at the University of Chicago, has taken the profession to task for ignoring real-world behavior in favor of models that assume people are rational optimizers. And finance professor Luigi Zingales, also at the University of Chicago, has charged that his fellow finance specialists have led society astray by overstating the benefits produced by the financial industry.
This kind of critical examination by the discipline’s big names is healthy and welcome – especially in a field that has often lacked much self-reflection. I, too, have taken aim at the discipline’s sacred cows – free markets and free trade – often enough.
But there is a disconcerting undertone to this new round of criticism that needs to be made explicit – and rejected. Economics is not the kind of science in which there could ever be one true model that works best in all contexts. The point is not “to reach a consensus about which model is right,” as Romer puts it, but to figure out which model applies best in a given setting. And doing that will always remain a craft, not a science, especially when the choice has to be made in real time.
The social world differs from the physical world because it is man-made and hence almost infinitely malleable. So, unlike the natural sciences, economics advances scientifically not by replacing old models with better ones, but by expanding its library of models, with each shedding light on a different social contingency.
For example, we now have many models of markets with imperfect competition or asymmetric information. These models have not made their predecessors, based on perfect competition, obsolete or irrelevant. They have simply made us more aware that different circumstances call for different models.
Similarly, behavioral models that emphasize heuristic decision-making make us better analysts of environments where such considerations may be important. They do not displace rational-choice models, which remain the go-to tool in other settings. A growth model that applies to advanced countries may be a poor guide in developing countries. Models that emphasize expectations are sometimes best for analyzing inflation and unemployment levels; at other times, models with Keynesian elements will do a superior job.
Jorge Luis Borges, the Argentine writer, once wrote a short story – a single paragraph – that is perhaps the best guide to the scientific method. In it, he described a distant land where cartography – the science of making maps – was taken to ridiculous extremes. A map of a province was so detailed that it was the size of an entire city. The map of the empire occupied an entire province.
In time, the cartographers became even more ambitious: they drew a map that was an exact, one-to-one replica of the whole empire. As Borges wryly notes, subsequent generations could find no practical use for such an unwieldy map. So the map was left to rot in the desert, along with the science of geography that it represented.
Borges’s point still eludes many social scientists today: understanding requires simplification. The best way to respond to the complexity of social life is not to devise ever-more elaborate models, but to learn how different causal mechanisms work, one at a time, and then figure out which ones are most relevant in a particular setting.
We use one map if we are driving from home to work, another one if we are traveling to another city. Yet other kinds of maps are needed if we are on a bike, on foot, or planning to take public transport.
Navigating among economic models – choosing which one will work better – is considerably more difficult than choosing the right map. Practitioners use a variety of formal and informal empirical methods with varying skill. And, in my forthcoming book Economics Rules, I criticize economics training for not properly equipping students for the empirical diagnostics that the discipline requires.
But the profession’s internal critics are wrong to claim that the discipline has gone wrong because economists have yet to reach consensus on the “correct” models (their preferred ones of course). Let us cherish economics in all its diversity – rational and behavioral, Keynesian and Classical, first-best and second-best, orthodox and heterodox – and devote our energy to becoming wiser at picking which framework to apply when.

Read more at https://www.project-syndicate.org/commentary/economists-versus-economics-by-dani-rodrik-2015-09#HtY2GfrQr0Ulu29D.99

https://www.project-syndicate.org/commentary/economists-versus-economics-by-dani-rodrik-2015-09#BzT4gPoJAqWdYZGc.01



"La Asamblea General de la ONU aprobó propuesta argentina para reestructuración de deuda soberana." CFK

Yellow Argentines, often governments have the primary duty to answer for the needs of their people, the way it should always be. But this time, on the occasion of the resolution just adopted today at the United Nations, on the general principles that should govern – globally – the restructuring of sovereign debt, Argentina has not only exercised its responsibility to their fellow citizens.
Argentina, with solidarity, has also exercised its responsibility towards other peoples, as well as political responsibility to the global economic order.
As a result of our initiative, which found early and rapid acceptance in the Group of 77 plus China, a year ago, a process began that ends today and culminates with this successful vote in UN, the basic principles that will govern the restructuring of sovereign debt of all countries of the world; this vote is the result of what happened to us Argentines.

Having lived through tragedies like we did in 2001, when the world let us hang to dry, triggered this resolution. Fundamentally, the action of vulture funds preying on Argentina and trying also to prey on others countries of the world, has allowed the absolute majority of the representative body, globally, that is 136 countries in th UN supporting these 9 basic principles.
The recognition of the sovereignty of States to formulate their own macroeconomic policies, and to be able to restructure their debts. Sovereign immunity, so that no one will pretend to seize embassies, central banks, or like happened to us, our flag ship, Fragata Libertad. Equal treatment – this is very important – for all creditors. There can be no creditors that receive two bucks and creditors that receive billions for the same bonds by speculative actions after a country falls into default. Good faith to always prevail in negotiations between creditors and debtors and also what seems to me, perhaps, the key to this, majority restructuring, which is also an exercise in democracy. What does this mean? Simply that when there is a qualified majority of creditors that agree on a form of payment, is applicable universally, that is for 100% of the debt.
The Argentina sovereign debt restructuring got acceptance by more than 92 percent of its creditors. In any legislation in the world, in any country, even in the US – which allows municipal bankruptcy – accord with 66 percent of the creditors is sufficient for the agreement to be applicable to all.
We have reached 92 percent and yet a judiciary, in this case the Judiciary of the United States, in the emblematic figure of Judge Griesa, can rule against Law, can twist the wording of contracts, and therefore dismiss another fundamental principle in any negotiation: impartiality. A judge must be, above all things, impartial when deciding between interests and rights of both parties.
Another principle brings to memory former President, Nestor Kirchner, in his first speech at the UN General Assembly as President of Argentina. He said “the dead can pay no debts, let us grow, let us produce so that we can honor our debts.”
This is also contained in the principle of debt sustainability. In other words, no country can pay a debt at the expense of their people
no country can pay a debt at the expense of their people
 without jobs, without education, without health, without salaries, without justice. This is unsustainable and is also included among the nine core principles that from today on, by 136 votes, apply worldwide.

I want to thanks deeply the 136 countries that voted positively; I also thank the countries that abstained. We know the pressures, sometimes the needs of some nations, and still 6 countries are less than the 11 that a year ago voted against this proposal. There will come a day when they finally realize that you can do something truly ugly and bad for the whole of humanity for a short while, but not forever.
So I think that today Argentina has also complied with another imperative, to not only respond to its countrymen and women, by reducing debt like no other government in Argentina has ever done, and by paying the debts of all previous governments but also, too, we have fulfilled our responsibility as members of the international community helping other countries so that they do not go through the same tragedies, the same injustices, the same despair we had to go through.
It is important to do right by our people, but also very important to do right by the global world. Today we have, and Argentina should be proud of what we have achieved here. 
Argentina should be proud of what we have achieved here.
It was worth so much discussion and debate; it was worth the fight.

Yes, worth the fight. Often you have to fight to defend your people´s  interests, as you fight for your child to continue studying; as you fight every day to keep your job or to increase your salary or to improve your living conditions. Because this is also part of life: the struggle.
Well, we are very happy, very happy and want to congratulate the economic team, the team of Foreign Affairs and, specially, to congratulate us all Argentines, because this is an achievement of the 40 million Argentines for the world.
Thank you very much and good evening to all.
http://www.cfkargentina.com/un-approves-debt-restructuring-resolution/

Lula: "Los países ricos nos metieron en esta crisis por vender papelitos en vez de productos"

Lula "hincha" para que Scioli gane las elecciones presidenciales en Argentina
Lula defiende en Argentina las políticas de incusión social y critica a la UE.
Lula da Silva critica en Buenos Aires a la Unión Europea por su responsabilidad en la crisis económica y por sus recetas para combatirla
El expresidente de Brasil ha destacado los efectos nocivos de la austeridad e ironiza: "Los que siempre tenían recetas listas para nuestras crisis ahora no saben cómo resolver la suya propia"
Defiende las políticas de inclusión de los gobiernos latinoamericanos: "Hay quienes se sienten incómodos cuando un pobre entra en un restaurante y pide su mismo plato de comida"
Ante un auditorio repleto y entusiasta, Inácio Lula da Silva cargó contra Europa por su responsabilidad en la crisis económica actual, y criticó sus recetas para combatirla. Además, destacó los efectos nocivos que las políticas de los países ricos provocan en Latinoamérica. Lo hizo este jueves en Buenos Aires, en la inauguración del III Congreso de Responsabilidad Corporativa que tiene lugar estos días en la capital argentina. 
"La crisis en la que cayó el mundo en 2008 ha demostrado que todos aquellos que tenían las soluciones listas para nuestras crisis no supieron resolver la suya propia. Billones de dólares se han invertido en intentar solucionar el problema del sistema financiero y no lo han logrado en siete años. Porque arreglar el problema de Grecia es ayudar a los bancos franceses, a los acreedores alemanes. Europa ha tercerizado su política", ha asegurado el exmandatario. 
También criticó las recetas de austeridad de la UE. "Con los primeros síntomas de crisis se empieza a hablar de recortes, de rebajar salarios. Pero nosotros tenemos la experiencia: todas las políticas que se tomaron en los 90 llevaron a nuestros países al empobrecimiento. Pensaba que era una cosa de Brasil, de Argentina, de Bolivia, pero no del primer mundo", ironizó. "Todos las países que pasaron por ajustes incrementaron su deuda pública: Grecia, Portugal, España... y no se ha resuelto el tema de la crisis", ha asegurado Lula. 

Doble discurso de los poderosos

"Fueron los países ricos los que nos metieron en esta crisis porque empezaron a hacer dinero vendiendo papelitos en lugar de productos. Y pagando bonos altísimos a personas que no producían nada. Y claro, la economía quebró", explica Da Silva como resumen. 
El expresidente brasileño se refirió con ironía a los acuerdos internacionales y a las políticas económicas consensuadas internacionalmente. "En la reunión del G-20 en Londres en 2009 tomamos la decisión de restituir la confianza, restaurar el crédito, fortalecer la regulación financiera, reformar el sistema y rechazar cualquier forma de proteccionismo. Ningún país cumplió".
"Los países ricos adoptaron el proteccionismo para evitar que los países pobres, los de América Latina, pudiéramos competir. En Doha descubrí que el libre comercio que tanto defienden es para vendernos sus priductos. Cuando los que vendemos somos nosotros no están tan convencidos de defenderlo", ha asegurado entre aplausos. 

La inclusión como receta económica

"Lo primero que hice cuando asumí el gobierno fue llevar a los ministros a las zonas más pobres. Quería que supieran que no gobernábamos sólo para una parte de la población. Le pusimos rostro a los problemas. Entonces me decían que Brasil estaba quebrado, que no tenía dinero ni para financiar sus exportaciones. Pero yo tenía un proyecto y era mejorar la vida de las personas más humildes. Sabía que cuando subieran un poco también lo haría la clase media y los empresarios ganarían dinero", afirmó al repasar su mandato. 
"Muchos decían que nuestra política de transferencia de renta era simplemente asistencialismo, simplemente populismo. Porque quien ha tenido siempre dinero, quien nunca pasó necesidad, no ve un gran significado en un poco de dinero en la mano de la persona que nunca lo había tenido. La persona que por primera vez tiene suficiente para comprar comida para sus hijos", aseguró. 
"No hay nada que interese más a empresarios y comerciantes que el Estado convierta a los más pobres en consumidores. En que dejen de pasar por delante del restaurante para entrar y pedir una cena. Y lo mismo con las tiendas. Con el cine. Yo llegué a oír a personas decir que el aeropuerto parecía una autopista por la cantidad de pobres que había. Y para nosotros no hay nada más extraordinario que eso", remachó con una sonrisa. "Pero hay quienes se sienten incómodos cuando un pobre se sienta en la mesa de al lado y pide el mismo plato de comida", afirmó. 

Un pobre en el G-8

Aunque Brasil se encuentra en un momento económico delicado, luchando contra la recesión y enfrentando la devaluación del real y la propia devaluación del gobierno del PT (el partido de Lula y la presidenta Dilma Rousseff), el mensaje de Lula en Buenos Aires fue de optimismo y tranquilidad. "América no debe temer esta crisis porque es pasajera. La gente tiene que tener en cuenta que en economía no hay magia, pero hay decisiones que pueden ayudar al país". 
Y puso un ejemplo: "Nosotros llevamos más negros a la universidad en 12 años que en toda la historia de Brasil". Para enseguida contraponer: "Ellos piden su receta: más ahorro, más ajuste, pero nunca dicen más educación", gritó entre los aplausos entusiastas de un auditorio abarrotado. 
Para Lula, los países poderosos siempre han mirado con desdén a los más pobres. Y defiende que la unidad latinoamericana ha dado más fuerza negociadora a la región. "Antes nos peleábamos para ver quién salía con Bill Clinton en la foto, un gobernante que nadie respeta ya. Pero después le dijimos a Bush que no queríamos el ALCA. Y yo me convertí en el primer mandatario latinoamericano en el G-8. De todos ellos yo era el único que trabajó en una fábrica, que perdió dedos, que estuvo desempleado, que pasó hambre. Pero también era el que mejor representaba a mis electores", concluyó en medio de una sonora ovación.
http://www.eldiario.es/internacional/Lula-metieron-vender-papelitos-productos_0_429407880.html



UN:
Sustainable Development Goals represent a better future for people and the planet: Interview with Mr Wu Hongbo, UN Under-Secretary-General for Economic and Social Affairs
9 Sep 2015 - Mr WU Hongbo, UN Under-Secretary-General for Economic and Social Affairs, gave an exclusive interview to UN Radio on the Sustainable Development Goals (SDGs) in connection with the UN Summit on Sustainable Development to be held in September 2015. http://webtv.un.org/search/sustainable-development-goals-represent-a-better-future-for-people-and-the-planet-interview-with-mr-wu-hongbo-un-under-secretary-general-for-economic-and-social-affairs/4471114118001?term=Wu+Hongbo#full-text



La Asamblea General de la ONU aprobó los principios para limitar las acciones de los buitres

Foto: Facebook Axel Kicillof
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó hoy la iniciativa impulsada por Argentina para frenar el accionar de los fondos buitres, que incluye una serie de nueve principios que tienen por objetivo dar viabilidad a los procesos de reestructuración de deuda soberana encarados por países en crisis.

En una votación en la que se superó de manera amplia la cantidad de votos necesarios para alcanzar la mayoría simple que requería el proceso, el proyecto contó con el apoyo de 136 países, mientras que 41 se abstuvieron y 6 se opusieron (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Israel, Japón, Reino Unido).

Una vez conocido el resultado, que fue seguido y proyectado en dos grandes pantallas ubicadas a los costados del estado central de la amplia y renovada sala de la Asamblea General, comenzaron los aplausos de los presentes y los saludos a la delegación argentina encabezada por el canciller, Héctor Timerman, y el ministro de Economía, Axel Kicillof.

Entre ellos, se podían ver a la representante argentina ante la ONU, María Cristina Perceval, recibir el abrazo de su par de Bolivia, Sacha Llorenti, que estuvo a cargo de liderar el Comité especial sobre Procesos de Reestructuración de Deuda que desde comienzos de año llevó adelante los debates.

Al tomar la palabra ante una sala llena, Timerman afirmó que la resolución “es a favor de la estabilidad económica, de la paz social y de los derechos de los pueblos” y un freno a las acciones de los fondos buitre.

La deuda soberana “es un derecho que tenemos los países para reestructurar y es una forma de poner límite a los piratas del siglo XXI que son los fondos buitre que, amparándose en la falta de una legislación global, han aprovechado y usufructuado sobre la pobreza de muchos de los países aquí presentes”, dijo el canciller.
Por su parte, Kicillof afirmó que la aprobación de la propuesta “es un paso fundamental para que nadie sufra ataques como los que hoy Argentina y otros países están sufriendo por parte de los fondos buitre”.

Los principios que buscan limitar a los fondos especulativos, y que son un paso importante dado hacia el trabajo por la creación del marco global para reestructuraciones de deudas soberanas que continuará en la próxima sesión de la Asamblea General, son los de: soberanía, buena fe, transparencia, imparcialidad, tratamiento equitativo, inmunidad soberana, legitimidad, sostenibilidad y reestructuración de la mayoría.

La votación en la Asamblea General llegó un año después de que Argentina propusiera la creación de un Comité especial para desarrollar un marco jurídico global para las reestructuraciones de deuda, que recibió entonces el apoyo de 124 países, 11 votos en contra y 41 abstenciones.

Los 11 votos en contra que recibió en su momento hoy se redujeron a 6, un hecho destacado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la cadena nacional que encaró esta noche, en la que resaltó la importancia de la votación en el seno de la ONU.

Lo ocurrido en esta reunión dejó ver que el trabajo realizado con el respaldo del G77 más China desde entonces y que cosechó el acompañamiento de una mayor cantidad de países, mientras que a su vez se redujeron la cantidad de votos en contra de la iniciativa.

Así, estuvieron los casos de países como Bulgaria o Hungría que antes habían optado por el No y en esta ocasión se abstuvieron; y el de Honduras o Islandia que tras abstenerse ahora apoyaron la resolución.

Uno de los votos llamativos de la jornada fue el de Colombia que si bien inicialmente, y como el resto de los países miembro del G-77 más China había acompañado la iniciativa Argentina, ahora decidió abstenerse.

Entre los motivos que llevaron a algunos Estados a oponerse a la resolución, estuvieron basados en que los principios se presentan “problemáticos” y en el hecho de que “la ONU no es el foro adecuado para tratar el tema”, según expresó una representante de la delegación estadounidense.

En ese sentido, el embajador de Bolivia, Sacha Llorente, a cargo del Comité especial, utilizó un ejemplo común a todos, como es el fútbol, para rebatir estos argumentos.

“Cuando se dice que no es este el foro para debatir estos temas, lo que se nos quiere decir es que hay que jugar este juego solamente cuando ellos controlan al árbitro, cuando ellos sean dueños de la pelota y cuando ellos controlan el tamaño de la cancha”, aseveró el diplomático boliviano.

“Esa no es democracia”, continuo ganando el aplauso de los presentes. “Eso está en contradicción a los principios de nuestra organización”, dijo para concluir el diplomático boliviano.
http://www.telam.com.ar/notas/201509/119540-onu-sesion-fondos-buitre-deudas.html


 "Las raíces de la ortodoxia económica en el México del siglo XX"
UNAM.
No te pierdas "Las raíces de la ortodoxia económica en el México del siglo XX", una conferencia que explica cómo fue el proceso que definió el modelo neoliberal en México. http://descargacultura.unam.mx/app1?sharedItem=4243689 ‪#‎DescargaCulturaUNAM‬ ‪#‎CulturaParaLlevar‬

María Eugenia Romero Sotelo. Licenciada y maestra en Economía por la UNAM y doctora en Historia por El Colegio de México. Es profesora titular de tiempo completo de la Facultad de Economía de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ha recibido diversos reconocimientos como el Premio Universidad Nacional en Docencia en Ciencias Económico Administrativas (2000). Ha escrito diversos libros y artículos sobre estos sus temas de investigación: la historia económica y la historia del pensamiento económico.

Es autora de Minería y guerra. La economía novohispana durante la guerra de Independencia (1997), coordinadora de Historia del pensamiento económico en México. Problemas y tendencias(1821-2000) (2005) y Algunos debates sobre política económica enMéxico, siglos XIX y XX (2008).

En “Las raíces de la ortodoxia económica en el México del siglo XX”, la doctora Romero describe el proceso de imposición del modelo neoliberal en México. Para ello, expone cuáles eran las principales posturas económicas que se debatieron en el mundo durante el periodo de entreguerras. En el contexto local, menciona quiénes fueron los actores que lograron sustituir a la escuela de pensamiento revolucionario, la cual consideraba la intervención del Estado en la economía, por una corriente afín al liberalismo económico.

Esta conferencia fue grabada el 4 de junio de 2014 y forma parte del ciclo “El historiador frente a la historia 2014. Temas del siglo XX”, el cual se lleva a cabo en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM anualmente y congrega a destacados historiadores y humanistas.  

Agradecemos al Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM su colaboración y apoyo para publicar esta conferencia.